Rompes mi calma de un solo hincón
Suave y profundo, dejando estallar
este jugo de miel, mientras gota a gota te tocas.
Un incendio forestal ha empezado,y ha decretado una guerra sin pena ni gloria.
En donde no existe escondite para el tabú, y reina el libre albedrío.
Las dudas se disipan, y se convergen en una sola caricia, en un vaivén de calor.
En cada entrada furiosa, en cada salida sigilosa.
¡Oh, maldita salida jugosa! En este territorio desierto te necesita más, y más y más adentro ... Que afuera.
No tengas piedad del dolor, y se tú el culmen de esta explosion.
Cabalgandome sobre la respiración, perforandome hasta el firmamento, y aterrizandome hasta perderme en el néctar de tus labios gruesos.
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