indecente

Tengo ganas indecentes de extenderle la invitación,
Podría ser un café o un intercambio de poesía; pero sabemos que esto va contra cualquier código establecido por la moral y la sociedad.
Me queda la intriga y la suspicacia, pero no puedo olvidar la audacia con la que respondió a mi respuesta sarcástica.
Yo no soy la indicada para decírselo, pero es la curiosidad brincandome por los poros.
Me cae bien, sin habérselo dicho y sin que lo sepa; pero como dicen por ahí, errores deslizamos, errores van y errores vienen.

Comentarios